Introducción
El ruido es uno de los
contaminantes laborales más comunes. Gran cantidad de trabajadores se ven
expuestos diariamente a niveles sonoros potencialmente peligrosos para su
audición, además de sufrir otros efectos perjudiciales en su salud. En muchos
casos es técnicamente viable controlar el exceso de ruido aplicando técnicas de
ingeniería acústica sobre las fuentes que lo generan.
Entre los efectos que
sufren las personas expuestas al ruido: Pérdida de capacidad auditiva. Acufenos.
Interferencia en la comunicación. Malestar, estrés, nerviosismo. Trastornos del
aparato digestivo. Efectos cardiovasculares. Disminución del rendimiento
laboral. Incremento de accidentes. Cambios en el comportamiento social.
Sonido
El sonido es un
fenómeno de perturbación mecánica, que se propaga en un medio material elástico
(aire, agua, metal, madera, etc.) y que tiene la propiedad de estimular una
sensación auditiva.
Ruido
Desde el punto de vista
físico, sonido y ruido
son lo mismo,
pero cuando el sonido comienza a ser desagradable, cuando
no se desea oírlo, se lo denomina ruido. Es decir, la definición de ruido es subjetiva.
Frecuencia
La frecuencia de un
sonido u onda sonora expresa el número de vibraciones por segundo. La unidad de
medida es el Hertz, abreviadamente Hz. El sonido tiene un margen muy amplio de
frecuencias, sin embargo, se considera que el margen audible por un ser humano
es el comprendido, entre 20 Hz y 20.000 Hz. en bajas frecuencias, las
partículas de aire vibran lentamente, produciendo tonos graves, mientras que en altas frecuencias vibran
rápidamente, originando tonos agudos.
Infrasonido y
Ultrasonido
Los infrasonidos son
aquellos sonidos cuyas frecuencias son inferiores a 20Hz.
Los ultrasonidos, en
cambio son sonidos cuyas frecuencias son superiores a 20000Hz.
En ambos casos se
tratan de sonidos inaudibles por el ser humano. En la figura 1 se pueden
apreciar los márgenes de frecuencia de algunos ruidos, y los de audición del
hombre y algunos animales.
Decibeles
Dado que el sonido
produce variaciones de la presión del aire debido a que hace vibrar sus
partículas, las unidades de medición del sonido podrían ser las unidades de
presión, que en el sistema internacional es el Pascal (Pa).
Sin embargo, el oído
humano percibe variaciones de presión que oscilan entre 20µPa y 100Pa, es decir,
con una relación entre ellas mayor
de un millón a 1, por
lo que la aplicación de escalas lineales es
inviable. En su lugar se utilizan las escalas logarítmicas cuya unidad es el
decibel (dB) y tiene la siguiente expresión:
Con:
- n: Número de decibeles.
- R: Magnitud que se está midiendo.
- Ro: Magnitud de referencia.
Otro motivo para
utilizar una escala logarítmica se basa en el hecho de que el oído humano tiene
una respuesta al sonido que se parece a una función logarítmica, es decir, la
sensación que se percibe es proporcional al logaritmo de la excitación
recibida.
Por ejemplo, si se
duplica la energía sonora, el nivel sonoro se incrementa en 3 dBA, pero para
nuestro sistema auditivo este cambio resulta prácticamente imperceptible. Lo
mismo ocurre si se reduce la energía a la mitad, y entonces el nivel sonoro cae
3 dBA. Ahora bien, un aumento de 10 dBA (por ejemplo, de 80 dBA a 90 dBA),
significa que la energía sonora ha
aumentado diez veces,
pero que será
percibido por el
oído humano como
una duplicación de la sonoridad.
Dosis de Ruido
Se define como dosis
de ruido a la cantidad de energía sonora que un trabajador puede recibir durante la
jornada laboral y que está determinada no sólo por el nivel sonoro
continuo equivalente del ruido al que está expuesto sino también por la
duración de dicha exposición. Es por ello que el potencial de daño a la
audición de un ruido depende tanto de su nivel como de su duración.
La Audición
En el
complejo mecanismo de
la audición intervienen
distintas estructuras con características anatómicas y funcionales
bien definidas. De afuera hacia adentro, siguiendo la dirección de la onda
sonora, estas estructuras son:
- El oído, cuya función es captar la señal acústica (físicamente una vibración transmitida por el aire) y transformarla en impulso bioeléctrico;
- La vía nerviosa, compuesta por el nervio auditivo y sus conexiones con centros nerviosos, que transmite el impulso bioeléctrico hasta la corteza;
- La corteza cerebral del lóbulo temporal, a nivel de la cual se realiza la interpretación de la señal y su elaboración.
Así la percepción
auditiva se realiza por medio de dos mecanismos: uno periférico, el oído, que
es estimulado por ondas sonoras; y otro central, representado por la corteza
cerebral que recibe estos mensajes a través del nervio auditivo y los
interpreta.
El oído actúa,
entonces, como un transductor que transforma la señal acústica en impulsos
nerviosos. Sus estructuras integran un sistema mecánico de múltiples
componentes, que presentan diferentes frecuencias naturales de vibración. Pero,
el oído no interviene solamente en la audición.
Los conductos
semicirculares, que forman parte del oído interno, brindan información acerca
de los movimientos del cuerpo, pero fundamental para el mantenimiento de la
postura y el equilibrio.
De este modo,
su particular anatomía,
su ubicación a ambos
lados de la cabeza,
sus estrechas relaciones con
otros sentidos (visual,
propioceptivo) y estructuras
nerviosas especiales (sustancia reticular, sistema límbico, etc.), su
doble función (audición y equilibrio), nos explican no solo su capacidad para
ubicar e identificar una fuente sonora, analizar, interpretar y diferenciar un sonido, y orientarnos en el
espacio, sino que además nos da las bases para entender las consecuencias que
el ruido ocasiona sobre el ser humano.
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